Los pueblos indígenas y campesinos de los valles del centro de Puebla y sus retos ante el cambio climático

Ilustración de Rosanna Morris, tomada de https://agenciatierraviva.com.ar/a-25-anos-de-lucha- colectiva-la-via-campesina-sostiene-que-no-hay-futuro-sin-soberania-alimentaria/

Ilustración de Rosanna Morris, tomada de https://agenciatierraviva.com.ar/a-25-anos-de-lucha- colectiva-la-via-campesina-sostiene-que-no-hay-futuro-sin-soberania-alimentaria/

No cambiemos el clima, cambiemos el sistema capitalista

 

La crisis climática tiene un origen: el sistema capitalista. El capitalismo siempre, y más en su fase neoliberal, crea desastres en los pueblos; este sistema se traduce en colonialismo interno en nuestros países, el cual discrimina y desarticula núcleos originarios y campesinos, destruyendo la biodiversidad y nuestros sistemas alimentarios. La Vía Campesina, organización que agrupa 200 millones de campesinos e indígenas del mundo ha promovido desde 2007 la Justicia Climática. Sus luchas permitieron que en la COP21 (Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas) celebrada en París en 2015, se acordara que “dicha labor debería basarse e inspirarse en la mejor información científica disponible y, cuando corresponda, en los conocimientos tradicionales, los conocimientos de los pueblos indígenas y los sistemas de conocimientos locales”. Además del reconocimiento de estos saberes, propuso los conceptos de Soberanía Alimentaria y Energética en la COP27 celebrada en Egipto en 2022. La Vía Campesina sostiene que la pequeña agricultura campesina enfría el planeta, en contrapartida con el calentamiento y contaminación que provoca la agricultura y la ganadería capitalista. ¿Qué han hecho los pueblos indígenas y campesinos de la región de los tres volcanes de la zona (Popocatépetl, Iztaccíhuatl y Matlalcueyetl) frente a los impactos del cambio climático que afectan su modo de vida? Ellos durante cientos de años crearon su biocultura, por eso son región biocultural, que concilia la relación de la naturaleza con lo humano, esto les ha permitido conservar la biodiversidad regional y producir alimentos de origen agropecuario que consumimos en las ciudades de la zona Puebla-Tlaxcala. Con ello contribuyen a la estabilidad del sistema al generar resiliencia de sus estructuras.

¿Qué importancia tienen sus conocimientos en este proceso? La COP21 ha destacado la necesidad de reconocer el conocimiento, tecnologías y prácticas de pueblos indígenas y comunidades relacionados con la respuesta al cambio climático. Pero los urbanos no los vemos y cometemos epistemicidio de sus saberes. ¿Qué importancia tienen sus derechos sobre la tierra en este proceso? Es sumamente importante por las conexiones entre territorio, aprendizaje y conocimiento, así como la solidaridad, que ayuda a comunidades rurales a hacer frente y adaptarse al entorno cambiante, beneficiando con ello a poblaciones urbanas que responden con discriminación y destrucción de su territorio. Esta región biocultural Centro es integrada por 42 municipios poblanos y 30 tlaxcaltecas, donde se asientan 211 mil 92 nahuas (7.3 por ciento del total nacional), 159 mil 708 poblanos y 51 mil 384 tlaxcaltecas, que comparten un pasado olmeca-xicalanca y tolteca-chichimeca. Los volcanes son base de su territorio, de ellos depende microclima, bosques y agua, conservados por la lucha diaria de las comunidades. En estos ámbitos la naturaleza prevalece como bien común y no como mercancía, madre tierra y no metro cuadrado para especular. El territorio producto de luchas se reconfiguró en dos formas de propiedad de la tierra; la social, que en Puebla abarca 263 ejidos y 25 comunidades y en Tlaxcala 85 ejidos sin comunidades; y la propiedad privada, expresada en pequeñas propiedades campesinas. La forma de propiedad es importante, la social y la pequeña son patrimonio, pero la clave es la forma de vivir el territorio, como lo hacen los pueblos porque generan biocultura. Desde el siglo XII esa relación biocultural ha sido recreada permanentemente; la tierra como madre de vida, base de la acción humana que liga la biodiversidad con sus cuidadores. El aporte de estos pueblos originarios y campesinos es grande: el territorio de esta zona tiene pastizal inducido y cobertura boscosa que abarca 19.6 por ciento. Además cobija las zonas urbanas, 6.3 por ciento y asentamientos de los núcleos agrarios con 0.03 por ciento del territorio. Registros del Sistema de Información Agrícola y Pecuario (2018) para 2003-2017 indican una superficie sembrada promedio anual de 214 mil ha en la que se incluyen alrededor de 7,500 ha de cultivos ciclo Otoño-Invierno; 14 por ciento de suelo arable se deja descansar o son tierras que abandonan la actividad agrícola por pérdida de fertilidad o porque van al mercado de tierras por la presión hacia uso urbano. Las actividades agrícolas son sustento socioeconómico para asentamientos bioculturales, obtuvieron en 2017 ingresos por 4 mil millones de pesos; de estos, mil 620 se obtuvieron de agricultura de temporal, de granos (mil 241 mdp), donde destaca el maíz grano con 69 por ciento. Además, la presencia de ¡75 cultivos! que cubren todos los grupos alimenticios (granos, semillas, cereales, hortalizas, frutas y forrajes para piensos) y flores. El principal cultivo es el maíz, con 37.8 por ciento de superficie anual sembrada (120 mil ha), proporción baja al compararla con promedio estatal de 60.1 por ciento, porque por la fertilidad la mayoría de los suelos se puede destinar a cultivos diversos. El frijol y el trigo siguen en superficie sembrada (11 mil y 6 mil ha, respectivamente) e importancia alimentaria, además hay producción anual de amaranto, cacahuate y semilla de calabaza, productos ancestrales importantes en la dieta de todos.

Aquí viene el peligro: amenazas que afectan la resiliencia de estos pueblos. Los riesgos son: geológicos; sísmicos y volcánicos, que afectan a comunidades agrarias asentadas en laderas del Popocatépetl, quienes no obstante la apropiación cultural de la actividad volcánica, están en riesgo permanentemente. Los riesgos graves son la expansión metropolitana e industrial, los rellenos sanitarios, los rastros, la contaminación de ríos, el despojo del agua, confirmando el grado de inestable a crítico de su medio ambiente. La gran variabilidad climática ha impactado la actividad agrícola; heladas y sequías son eventos extremos frecuentes, y los que mayores daños provocan, sin embargo, también se registran descensos de los volúmenes de precipitación anual, junto con inundaciones y ciclones tropicales. Reporte de Azuara y Palacios (2018), indica que de 72 municipios que conforman esta región biocultural, seis presentan una mayor exposición al cambio climático: Santa Rita Tlahuapan, Tochimilco, Tepatlaxco y Acajete, de Puebla, y Panotla y San Francisco Tetlanohcan, de Tlaxcala; ubicados en las zonas altas de la región ligadas a los tres volcanes (excepto Panotla). A este panorama, campesinos e indígenas responden con estrategias de adaptación a la variabilidad climática. Estudios que vinculan cambio climático y agricultura campesina, ven la diversificación como respuesta adaptativa y estrategia para manejo de producción en sistemas agrícolas de pequeña escala. En esta región biocultural se hace agricultura campesina bajo el sistema milpa. Con esta diversidad han respondido a las severas variaciones climáticas y a las condiciones de subsistencia marginal dentro del mercado que los explota.

La diversificación ha sido la base de la adaptación y subsistencia campesina, claramente visto en la época de la pandemia, ellos no dejaron de producir y nos alimentaron. Pero se deben fortalecer la investigación sobre evidencias de la relación variabilidad climática-producción agrícola biocultural en esta zona, algo que les debemos a ellos y hay que reconocerlos.

¿Hay que aprender de ellos o no?

 

 

Referencia

 

Azuara G. y Palacios E. (2018). Colección de Información de Exposición al Cambio Climático de los Complejos Bioculturales de México. Laboratorio de procesamiento geoinformático DIBACC-ICUAP, Nodo Puebla-Centro de la RPBM. BUAP.

 

 

* [email protected] y [email protected]