Historia de un mezcal poblano con tradición familiar: 60 Fierros, arreando mulas

Don Melecio Meza Correa es heredero de una larga tradición familiar en la elaboración del mezcal. Iniciado a los 13 años en la elaboración de esta bebida, su padre Vicente Meza Serrano le enseñó y hoy sus mezcales han sido galardonados los últimos cinco años de manera consecutiva con el premio Gran Oro y Oro por el Concurso Nacional de Marcas de Mezcal y Destilados mexicanos organizado por la Academia del Mezcal y del Maguey A.C.

Orgulloso catador de este destilado de maguey, don Melecio enseña a su familia y a sus trabajadores cómo obtener un mezcal de calidad, su joven hijo, Ángel Meza, obtuvo el premio Oro por su mezcal de agave Jabalí en 2021.

De sonrisa amplia, este maestro mezcalero, recibió a      Saberes y Ciencias en su palenque enclavado en el municipio de Santiago Coatepec, Caltepec, Puebla, a 215 kilómetros de la capital del estado, para compartir su experiencia y el cambio que trajo consigo la obtención de la denominación de origen.

 

De bebida de los “jodidos” a denominación de origen

 

Don Melecio siempre confió en que llegaría el día en que el mezcal tendría el valor y el reconocimiento que hoy goza. De los cuatro hijos que el señor Vicente Meza Serrano tuvo, don Melecio inició su aprendizaje de la elaboración del mezcal en 1987 ya que por circunstancias económicas el resto de sus hijos emigraron a la ciudad de México.

“Yo me quedé en el pueblo y fui el que más me le pegué a mi papá para aprender a hacer mezcal”.

En 2001, decidió migrar a los Estados Unidos y mantener la producción del mezcal que elaboraba su padre con los dólares que ganaba. “Mi gusto era hacer mezcal, aunque no se vendía mucho, pero yo le mandaba ‘dinerito’ para que le siguiera metiendo a la fábrica”.

“El mezcal se miraba muy bajo, ni le hacían caso porque el mezcal de los pobres, el mezcal de los albañiles, de los jodidos; hoy día el mezcal se va elevando a otros niveles y pues ya es una competencia muy fuerte para los tequilas”.

Recuerda que no era posible obtener un ingreso de la producción del mezcal porque su precio era muy bajo, entre los 15-20 pesos el litro a principios de la década de los 90.

“Vender mezcal no era un sustento fuerte para la casa, el único fuerte es que la gente lo consumía, pero no era un negocio como tal, pero confié que un día el mezcal sería un producto en grande”.

“Nosotros más que nada somos los que ahora disfrutamos que el mezcal tiene otro precio, no al nivel de antes que el precio era muy bajo, no alcanzaba ni para pagarle a los trabajadores, tú solo te aventabas a hacerlo, tú solo lo tenías que terminar porque no había para pagar la mano de obra, no  alcanzaba el dinero para pagar”.

Para Melecio Meza la denominación de origen —que se otorgó a Puebla en diciembre de 2015— resulta crucial para que las futuras generaciones puedan seguir la carrera  del mezcal.

“Fui uno de los primeros en el estado de Puebla y en voz alta lo digo, quienes me conocen, la marca 60 fierros, Arriando mulas, pues sa|ben que Melecio Meza ha sido un mezcalero y trae el aprendizaje desde chiquillo, desde los 14 años y así lo fui llevado. Me conozco toda la carrera del mezcal”.

Generoso al compartir su conocimiento, este maestro mezcalero se siente orgulloso de enseñar a sus hijos y los jóvenes que trabajan en su palenque “yo soy la cuarta generación que se dedica al mezcal, tengo un chamaquillo, e igual que los muchachos que están conmigo están aprendiendo, ya llevan seis y ocho años. Es un gusto para mí, si ellos decidieran irse a otra empresa pues van a decir ellos en dónde aprendieron lo del mezcal, con quién aprendieron, quién les enseñó, para mí es un gusto y un placer que todos ellos sepan hacer mezcal”.

 

Una marca en memoria al hombre que le heredó el oficio

 

Al padre de don Melecio, Vicente Meza Serrano, le gustaba beber y producir mezcal, un oficio que su padre le enseñó.

En el pueblo de Coatepec a Vicente Meza se le conocía como “El 60 fierros”, y si bien era un sobrenombre que le incomodaba, don Melecio decidió usarlo para resignificar y homenajear al hombre que le heredó el amor por esta espirituosa.wwwwwwwwwww

“Se da mucho a risa porque mi papá le decían 60 fierros de chiquillo cuando él era albañil y decían que nomás cargaba los fierros y le hacían burlas de que cargaba muchos fierros en su morral, decían ‘ahí viene el 60 fierros’; yo le preguntaba a mi mamá por qué llamaban así y me decía, ‘no les hagas caso’, como que se chiveaba, les daba pena”.

El registro de la marca de 60 fierros, Arriando mulas, resultó ser un trámite tardado y cansado, cuenta el maestro mezcalero porque la compañía Bacardí interpuso una queja respecto al nombre ya que uno de sus destilados de caña se llama “fierros” y argumentaba que el parecido generaría confusión en el consumidor, sin embargo, Meza decidió defender su marca.

“Con apoyo del gobierno actual del estado se me dio el apoyo, porque ese asunto estaba muy atorado y gracias a la gente del gobierno con la Secretaría de Desarrollo Rural y de Economía ayudó a destrabar eso. Hoy a la luz del día y está publicado en el Periódico Oficial del Estado, el mezcal 60 fierros, Arriando mulas está ya está registrado.

“Le doy gracias al apodo de mi papá, porque pegó mucho la marca en Tijuana, en Tecate, en Sonora, en Tucson; es un mezcal muy distinguido y se produce en el municipio de Caltepec del estado de Puebla”.

 

Mezcal de calidad con reconocimiento nacional

 

Ser un maestro mezcalero implica tener el conocimiento y la experiencia, conocer las variedades de agaves, saber probar los mezcales, entender la crítica, que te digan, “sabes que no me gustó tu mezcal”, de no enojarme, saberme dejar ayudar, saberme dejar corregir, esa es parte de la experiencia, pero dejarme guiar por quien tenga también experiencia y conocimiento, indica don Melecio.

Recuerda que en el proceso de hacer mezcal tuvo día en los que “si se echaba a perder, y desconocía la opinión que se tenía de su producto porque pues entonces quienes lo consumían eran personas de la región, el mezcal no iba  hacia las ciudades, se quedaba dentro de la región.

“Hoy es distinto porque se va a muchos lugares de la República, se va para el sur, para Yucatán, Tabasco, Veracruz, y para el norte, Tijuana, Tecate. Nosotros ponemos el mezcal a un solo grado, a un solo sabor, a un solo olor, a un solo color, se distingue y lo he puesto en práctica, a mí me gusta a 46 grados”.

Don Melecio no solo elabora mezcal para su marca, ha sido invitado a colaborar con otras empresas elaborando por pedido. Así fue como de esta forma, su producción de mezcales fue reconocido con algunos galardones del concurso que organiza la Academia del Mezcal y del Maguey A. C.

Fue a partir de 2018 que decidió participar en este tipo de concursos y desde entonces sus mezcales de distintas variedades de maguey han sido distinguidos a nivel nacional con los reconocimientos de Oro y Gran Oro.

“Todo es difícil en el proceso del mezcal; no es de la noche a la noche a la mañana, la producción es un proceso de un mes 10 días desde que se corta la piña, se hornea, se fermenta, se lleva a destilación. Nadie puede tener mezcal de 10-15 días, eso es mentira; el mezcal es muy largo su proceso, tú inviertes la lana aquí y la ves hasta que se destila”.

 

 

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