Golpistas otoñales

Medio millar de oficiales del Ejército, en su mayor parte en retiro, expresaron por conducto del general Carlos Demetrio Gaytán Ochoa, su desacuerdo con el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO). En su alocución, el que fuera Subsecretario de la Defensa durante el gobierno de Felipe Calderón refiere que el origen de la actual polarización política son las políticas públicas ejecutadas por los resentidos sociales que hoy gobiernan. No es la fallida estratégica neoliberal la que generó un movimiento social que exigió un cambio de políticas públicas en 2006; no fue la pobreza, la injusticia, la corrupción, le represión, la impunidad, la pérdida de soberanía y la ausencia de democracia la que dio pie a un movimiento amplio que se expresó en la llegada de AMLO a la presidencia de la República; sino la estrategia desplegada por éste la que polariza. Para el general Gaytán, el neoliberalismo no es la causa de la polarización, sino la solución.

La estrategia de seguridad pública compartida por el general Gaytán Ochoa es la de la militarización de la seguridad interior, el combate frontal al narcotráfico sin mediar en los daños generados a la población civil ni la nulidad de los resultados de dicha acción; la aplicaron desde 2006 y pretenden llevarlas a cabo en el futuro. Hasta aquí defiende una posición, el desliz es que refrenda su lealtad con el pueblo de México y no con el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. Además, el general Gaytán reitera que las políticas públicas asumidas por AMLO lo agravian como mexicano, lo ofenden como soldado y contraviene los principios axiológicos en que fue instruido como militar. Una diferencia táctica se convirtió en un diferendo de fondo con una parte de los mandos castrenses asumida como actor político y no como fuerza institucional leal al régimen constitucional legal y legítimamente electo.

El gobierno actual fue electo por mayoría absoluta, fue la voluntad de 30 millones de ciudadanos los que demandaron la actual estrategia política por él desplegada; a dicha gestión la refrendan en la actualidad siete de cada 10 mexicanos, y hay ya el procedimiento constitucional para revocar el mandato presidencial si así fuera la voluntad mayoritaria de los mexicanos. No cabe ningún golpe de estado para restaurar privilegios y fueron perdidos ni blindarse por fechorías cometidas. Cada quien debe responder por sus enriquecimientos ilícitos, tráfico de influencias, delitos fiscales y electorales cometidos, genocidios y crímenes de Estado, violación de los derechos humanos y uso dispendioso del erario.